lunes, 23 de septiembre de 2013

Atardecer

"Me gusta esa hora del día donde el Sol va bajando, ma, cuando hay viento pero no hace frío y el sol ya no quema, esa es mi hora favorita del día..." 

Me lo dijo JP el sábado mientras yo manejaba por la carretera de Metepec al DF. Iba molesto porque el sol del mediodía le quemaba el bracito y no lo dejaba ver bien hacia La Marquesa. Luego se quedó dormido, cuando las nubes le dieron algo de tregua... 

Foto de Cristian Velazco, publicada en flickr.com
Yo me quedé pensando. Esa también es mi parte favorita del día, y más si es otoño. Me gusta cuando el viento apenas frío entra por la nariz y te recorre el cuerpo, cuando la luz del sol te toca los cachetes pero apenitas, sin quemar. Si vas caminando, hasta puedes cerrar los ojos y encontrar al sol con su calor bajito y con sus colores rojizos destellando en los párpados. Me gusta esa hora y luego, cuando la luz ya no está, me gusta cuando el viento frío de la noche te pega de frente después de un día largo, cuando con el frío y con la luna regresa la esencia de estar viva: respirar, avanzar, respirar. 

Venir acá a vivir fue una decisión larga, a la que le puse resistencia. 

Que JP identifique su parte favorita del día y la pase conmigo, en lugar de estar encerrado en una guardería, ha vencido los últimos resquicios de nostalgia por estar en otro lugar, en otro tiempo.

Esta es la aventura que ahora estamos empezando.

2 comentarios: